Esto fue lo que vivimos el martes día 6 de noviembre en el IES Concha Méndez Cuesta. Allí se presentó el libro "Hoy ya no llueve de memoria" del autor Francisco Aranda Cadenas.
Participaron en dicha presentación la escritora Carmen García y el editor y también escritor Salvador Moreno Valencia, junto con el guitarrista Javier Sastre Bodas.
Plenilunio XXI se alegra de tan señalado día y de la estupenda acogida del alumnado y profesorado; repleto todo el aforo.
Presentación a cargo de la escritora Carmen García:
Buenos
días y bienvenidos a todos y a todas.
En
primer lugar quisiera presentarme, me llamo Carmen García y soy
jurista de profesión y escritora de vocación. Escribir es para
muchos de nosotros una vía de escape, una forma íntima de expresar
lo que vemos, lo que sentimos, lo que padecemos, sufrimos, lo que
amamos y en ocasiones, lo que intuimos.
A
veces nos cuesta decir abiertamente a los demás lo que pensamos, nos
gustaría manifestar nuestro desacuerdo, nuestro enfado o nuestro
afecto, pero no siempre podemos hacerlo en el momento elegido,
teniendo enfrente a la persona a la que queremos hacer partícipe de
nuestras palabras. Es entonces cuando el escritor busca refugio en su
propio discurso: es cuando buscamos ese momento de intimidad que nos
lleva a coger el lápiz o el teclado de un ordenador, y nos llena de
paz, de calma, de sosiego.
La
poesía es un refugio, es un puente de comunicación, pero hay algo
más, algo que la distingue de otras formas literarias: la poesía y
la filosofía comparten orígenes y horizontes. El primero que se
enfrentó a la búsqueda del conocimiento a través de la poesía fue
el mismo Platón, y a partir de ahí, todo el pensamiento occidental
se ha dedicado a discutir sus formas, su metodología, la esencia
misma del poeta…pero nada de ello importa, es absurdo teorizar
sobre conceptos cuando lo importante en la creación del poeta, no es
otra cosa que el amor a la sabiduría, y por ello, la poesía resulta
ser más sensitiva que la filosofía.
La
filosofía busca la verdad, la razón, el entendimiento de lo que nos
rodea, mientras que la poesía se saborea, ahí está la clave del
trabajo del poeta: saborear su obra, paladearla, disfrutar de las
cualidades estéticas del lenguaje, sin olvidar su contenido.
La
poesía es una de las manifestaciones artísticas humanas más
antiguas, expresa un sentimiento, una profunda reflexión, la
consideración de una dimensión social y política como núcleo de
la naturaleza humana, y es en este punto en el que nos encontramos al
disfrutar de la obra del poeta Francisco Aranda.
Me
he permitido calificarlo como poeta de la conciencia, ya que su
trabajo nos debe hacer pensar, reflexionar sobre este extraño mundo
que nos rodea: a veces hostil, a veces impredecible, a veces irreal,
a veces decadente, pero siempre cambiante.
Francisco
se define como bárbaro del sur, ese sur tan presente en su obra, el
orgullo de su tierra, de su mar, de sus gentes…y una constante en
la intencionalidad de su obra, que como el mismo afirma no es otra
que el encuentro con los otros.
Francisco
Aranda es sin duda un claro exponente de la creación poética de
nuestros días, este gran poeta de la conciencia nos invita a través
de sus palabras a hacer algo difícil para todos: buscar un instante
de calma, un instante para paladear, para saborear sus pensamientos,
para hacerlos nuestros, porque es así como se debe sentir la obra
del poeta: Francisco ha buscado el encuentro con los otros en su
obra, pero los que hemos buscado el tiempo necesario para
disfrutarla, nos hemos encontrado con el poeta, con el hombre, con el
alma.